Era un loco desubicado,
anclado en blanco y negro
por mucho que predicase en tecnicolor.
Funambulista en hilos de poca monta
hacia piruetas para caer sobre la tediosa red.
Un clavel entre los dientes
y un guiño a saber a quien.
Un aplauso, un diario de barrio,
un reclamo para ser.
Transgresor de las buenas prácticas,
captador de un flaco interés,
se mantenía en la cuerda floja
para no querer, para no ser
y llenaba graderías ocultas
bajo la luz que lo acogía
en su flagrante verdad,
como un seguro de vida
que no necesitaba pagar.
Retaba sabiendo que nada perdería,
él siempre apostaba a ganar.


Carme López
(Sentiments Trencats)



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